figuras retóricas

13 figuras retóricas para captar la atención y mantener el interés de tu audiencia 📝

¿Te gustaría comunicarte de una manera que conecte mejor con las personas? Las figuras retóricas no son simples adornos del lenguaje, representan una estrategia poderosa para comunicarte con mayor precisión y profundidad.

Entender cómo funcionan te permite transmitir ideas de forma clara y efectiva, tanto en contextos formales como en conversaciones cotidianas. Al usarlas, tus palabras ganan fuerza y evitas que tu mensaje pase desapercibido.

Estas herramientas cumplen la función de aportar matices a tu discurso, lo que te ayuda a despertar interés y mantener la atención de quien te escucha o te lee. Esto resulta fundamental en un mundo donde la información abunda y captar la atención se ha convertido en un verdadero desafío.

Además, las figuras retóricas son clave para generar una conexión emocional con el receptor. Por eso tienen un papel relevante en la literatura, la política, la publicidad e incluso en la enseñanza, ya que refuerzan el valor del mensaje y lo hacen más persuasivo.

Investigaciones publicadas en Discourse Processes muestran que los mensajes que emplean recursos retóricos se recuerdan con mayor facilidad que aquellos que no los utilizan, lo que confirma su efectividad.

Las figuras retóricas no son exclusivas de escritores o profesionales de la comunicación. De hecho, las usas a diario sin darte cuenta en frases que compartes con tus amigos, en canciones que escuchas o en campañas que llaman tu atención y logran quedarse en tu memoria.

¿Qué son las figuras retóricas?

Las figuras retóricas son recursos que enriquecen el lenguaje, permitiendo expresar una idea de manera más clara, atractiva o impactante y mostrando la riqueza de la comunicación.

Su uso adecuado puede transformar tu manera de expresarte, aportando mayor fuerza a las ideas y dándoles un estilo especial. Las encuentras tanto en textos literarios como en la vida cotidiana, ya que ayudan a transmitir emociones y a captar la atención.

Estas herramientas ofrecen formas más creativas e interesantes de comunicar, dejando una huella profunda en quien recibe el mensaje. Investigaciones en lingüística y comunicación señalan que el uso de figuras retóricas mejora la comprensión y el interés del público.

Un informe publicado en Discourse Processes indica que los mensajes que incluyen recursos retóricos tienen un 40 % más de probabilidad de ser recordados en comparación con aquellos expresados de manera literal.

¿Los recursos literarios y las figuras retóricas son lo mismo?

No son exactamente lo mismo, aunque están muy relacionados, debido a que los recursos literarios son un conjunto amplio de técnicas que se utilizan para dar expresividad, estilo y fuerza al lenguaje.

Dentro de ellos se incluyen elementos como el ritmo, la repetición de sonidos o la forma en que se organiza un texto. Entre estos recursos, uno de los más importantes son las figuras retóricas.

Por eso, todas las figuras retóricas son recursos literarios, pero no todos los recursos literarios son figuras retóricas. Esta diferencia te permite entender mejor cómo se construyen los textos y cómo cada recurso cumple una función específica.

¿Cuáles son las principales figuras retóricas?

En principio señalaremos tres tipos de figuras retóricas principales, y cada uno reúne diferentes recursos con funciones específicas para aportar expresividad y fuerza al lenguaje. Entre los más destacados se encuentran:

Figuras de dicción

Las figuras literarias de dicción se centran en el uso creativo de las palabras para darles significados más intensos o evocadores, en ella puedes encontrar recursos literarios como:

Metáfora

La metáfora establece una relación entre dos elementos distintos, resaltando un parecido implícito. Por ejemplo, si alguien dice “las perlas de tu boca”, se está refiriendo a los dientes.

Es una de las figuras más estudiadas porque estimula la comprensión abstracta y la creatividad. Investigaciones en la Universidad de California mostraron que las metáforas activan áreas cerebrales vinculadas con la imaginación y la memoria.

Metonimia

Con la metonimia, usas un término para referirte a otro con el que guarda una relación directa. Cuando dices “Leí a Shakespeare”, en realidad hablas de sus obras. Esta figura es frecuente en el habla cotidiana y en los medios de comunicación porque simplifica las expresiones sin perder claridad.

Sinécdoque

La sinécdoque aparece cuando mencionas una parte en lugar del todo o al revés. Un ejemplo clásico es decir “tiene diez primaveras” para señalar que alguien tiene diez años. Este recurso aporta un matiz expresivo, además de ser una de las figuras retóricas usadas en la poesía y la narrativa.

Antonomasia

La antonomasia sustituye un nombre propio por un rasgo característico. Por ejemplo, cuando escuchas “El Rey del Rock”, sabes que se trata de Elvis Presley. Este recurso se usa con frecuencia en el periodismo y en la cultura popular para resaltar cualidades distintivas.

Comparación

La comparación, conocida también como símil, es una figura retórica que relaciona dos elementos para mostrar en qué se parecen, usando nexos:

  • Como. 
  • Igual que.
  • Tal como.
  • Semejante a.

Por ejemplo, si dices "corre como el viento", estás comparando la forma de correr con la velocidad del viento para dejar claro que se trata de alguien muy rápido. Es una forma directa de precisar una cualidad usando algo que te resulte familiar.

Figuras de pensamiento

En este tipo de figura retórica lo importante no es la forma de las palabras, sino el significado y el efecto que generan en quien te escucha o lee; algunos ejemplos son:

Ironía

La ironía expresa lo contrario de lo que se dice, con un matiz de humor o crítica. Por ejemplo, si comentas “¡Qué puntual eres!”, cuando alguien llega tarde, estás usando ironía. Estudios en psicología cognitiva han demostrado que comprenderla implica habilidades sociales avanzadas, porque exige interpretar el contexto y las intenciones.

Hipérbole

La hipérbole o exageración es una exageración intencional, un ejemplo es cuando dices “te llamé un millón de veces”, dejas claro que insististe mucho, aunque no sean literalmente un millón. En publicidad, este recurso es muy común porque aumenta las probabilidades de recordar los mensajes hasta en un 35 %, según Journal of Advertising Research.

Prosopopeya o personificación

Con la personificación atribuyes cualidades humanas a objetos, animales o ideas. Decir que “el viento susurra” es un ejemplo. Como este recurso genera cercanía emocional lo puedes encontrar en:

  • La literatura infantil.
  • La publicidad.
  • El cine.

Figuras de construcción o sintaxis

En este grupo entran los tipos de figuras retóricas que juegan con la estructura y el orden de las palabras en la oración para darle cierto énfasis a tu comunicación; algunos ejemplos son:

Anáfora

La anáfora repite una palabra o frase al inicio de varios enunciados. Si dices “Aquí todo se sabe, aquí no hay secretos”, refuerzas la idea a través de la repetición. Es muy usada en discursos políticos y motivacionales porque facilita que las personas recuerden el mensaje.

Elipsis

La elipsis consiste en omitir palabras que se sobreentienden. Un ejemplo es “Él prefiere leer; ella, escribir”. Aquí se elimina el verbo en la segunda parte, pero el sentido sigue siendo claro. Este recurso hace que el lenguaje sea más ágil y económico.

Asíndeton

El asíndeton elimina las conjunciones. Por ejemplo, en la famosa frase “Vine, vi, vencí”, se omite el “y”, lo que da contundencia y rapidez al mensaje. Este recurso suele usarse en frases breves y memorables.

Polisíndeton

A diferencia del asíndeton, el polisíndeton repite conjunciones en exceso. Por ejemplo, “Y llora y grita y sufre”. Al usar la conjunción varias veces, logras un ritmo más intenso y refuerzas la emoción.

Repetición

La repetición es una figura retórica que consiste en volver a usar una misma palabra o expresión dentro de un texto o discurso para reforzar una idea. No siempre se presenta al inicio como en la anáfora, puede aparecer en distintos lugares de la frase. Por ejemplo: “Ríe, ríe, ríe mientras puedas”, donde la insistencia en el verbo le da más fuerza al mensaje.

¿Cuál es la importancia de las figuras retóricas en la comunicación?

Las figuras retóricas desempeñan un papel crucial en cómo transmites y recibes la información, por eso su impacto en la comunicación se puede observar en varias áreas; algunas de ellas son:

Mejoran la claridad y la comprensión

Cuando usas figuras retóricas, puedes explicar una idea difícil de manera más sencilla y cercana, lo que es especialmente útil en contextos educativos o en la divulgación de temas complejos.

Por ejemplo, las comparaciones ayudan a relacionar lo nuevo con algo que ya conoces, lo que facilita la comprensión. Estudios en psicología cognitiva muestran que las personas entienden y recuerdan mejor la información cuando se presenta con recursos retóricos.

Según un análisis publicado en Educational Psychology Review, los estudiantes que recibieron explicaciones con comparaciones claras lograron un 25 % más de aciertos en pruebas de comprensión lectora.

Aumentan la memorabilidad de los mensajes

Un mensaje expresado con figuras retóricas tiene más probabilidades de quedarse en tu memoria, porque generan un impacto emocional o resaltan una idea con fuerza, lo que hace que la recuerdes con mayor facilidad.

Investigaciones en comunicación han demostrado que la repetición o la exageración, bien utilizadas, aumentan la probabilidad de que un mensaje sea recordado.

Además, un estudio en Journal of Advertising Research mostró que las expresiones con recursos retóricos se recordaban un 35 % más que las formuladas de manera literal.

Favorecen la conexión emocional

Las figuras retóricas permiten transmitir sentimientos de forma más efectiva, lo que crea cercanía con la audiencia, ya que cuando atribuyes características humanas a objetos o utilizas un recurso expresivo, no solo informas, también generas empatía y emoción en quien escucha.

Psicólogos del lenguaje han señalado que este tipo de recursos activa áreas cerebrales vinculadas con la empatía. Por eso, la publicidad, la literatura y hasta la comunicación interpersonal se benefician de su uso, ya que fortalecen la conexión entre emisor y receptor.

Hacen más persuasiva la comunicación

Si tu objetivo es convencer, las figuras retóricas son aliadas muy poderosas, puesto que, al reforzar una idea con ritmo, exageración o repetición, logras que tu mensaje tenga más impacto y credibilidad. Por eso son frecuentes en:

  • Discursos políticos.
  • Campañas sociales.
  • Presentaciones motivacionales.

Un análisis en Communication Studies mostró que el uso estratégico de recursos retóricos aumentaba en un 20 % la percepción de confianza en el orador, porque la audiencia consideraba su mensaje más sólido y convincente.

Enriquecen el lenguaje y la expresión personal

Usar figuras retóricas también tiene un beneficio personal, pues te ayudan a expresarte con mayor precisión y creatividad. No se trata solo de que los demás entiendan, sino de que tú logres transmitir exactamente lo que sientes o piensas con más matices.

De hecho, expertos en lingüística destacan que el dominio de estas figuras refleja un mayor nivel de competencia comunicativa. Esto significa que no solo mejoras cómo te comunicas en situaciones formales, sino también en tu vida diaria, cuando quieres expresarte de manera más auténtica.

Si quieres profundizar en cómo mejorar tu forma de comunicar y aplicar estrategias que aumenten tu claridad, persuasión y confianza al expresarte, puedes explorar el curso de Oratoria: el poder de la palabra de Mundana, donde encontrarás recursos prácticos para llevar estas habilidades a tu vida personal y profesional.

Conclusiones sobre las figuras retóricas que puedes usar para captar la atención y mantener el interés de tu audiencia

Las figuras retóricas son un recurso que transforma la forma en que comunicas, porque enriquecen tu lenguaje y aumentan la claridad, fuerza e impacto de tus mensajes.

En un contexto donde la atención es limitada, contar con estas herramientas marca la diferencia entre un mensaje que pasa inadvertido y uno que se recuerda con mayor facilidad, como han demostrado estudios en comunicación.

Al usarlas de manera consciente, amplías tu capacidad para comunicarte con autenticidad y efectividad, lo que te permite construir mensajes más sólidos y significativos.

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